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¡Wow! Esa es la primera expresión que se me viene a la cabeza cuando recuerdo este libro. Al principio, denso y un tanto aburrido. Al final, giro inesperado y sorpresas, muchas sorpresas. Joël Dicker hace un gran trabajo de narración en esta novela, la historia se desarrolla de forma lenta durante la primera parte, pero merece la pena esperar. Aurora, el pueblo de New Hampshire, es uno de los grandes protagonistas: sus habitantes son pintorescos, misteriosos e incluso grotescos. Su ambiente lluvioso, nebuloso y a la vez pacífico describe a la perfección este lugar costero, húmedo y soleado al mismo tiempo. Los protagonistas, Marcus Goldman y Harry Quebert son amigos desde hace años, alumno y mentor, respectivamente. Ambos escritores de éxito, se encuentran inmersos en una trama de asesinato, engaño y amor que destapará muchos trapos sucios. Genial, el final totalmente INESPERADO. 5/5 estrellas.

Akos y Cyra son dos jóvenes que viven en un planeta en guerra en el que se enfrentan dos etnias distintas: los noavek y los kereseth. Las marcas de la muerte nos sumerge en una nueva galaxia formada por distintos planetas y cuyo gobierno lo compone la Asamblea. Los protagonistas deberán usar sus dones para mantenerse a salvo y acabar con el status quo. El entorno que Veronica Roth crea es original e interesante, ya que todos los planteas son diferentes, y las descripciones son bastante precisas, por lo que puedes imaginártelos sin problema. La historia, sin embargo, no deja de ser una distopía bastante trillada y muy parecida a Divergente o Los juegos del hambre.  Por el final del libro se puede intuir que habrá una segunda parte, y aunque la trama no sea de las mejores, el universo imaginario es bastante interesante y daría bastante juego si la novela se adaptase al cine. 3.5/5 estrellas.